Es un sitio que tiene el suelo del color de un pudin de frambuesa, pero es muy, muy distinto, porque es sangre, sangre que se ha secado y, después de muchos siglos, se volvió piedra, y esas tierras las cruzan un río que también es rojo y, como un camaleón, va cambiando de color según los paisajes que atraviesa. Es un lugar que parece un trocito de otro planeta.
El corazón de la tierra
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