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Seraf Árbol de las palabras abandonadas |
Un poco como Serrat cuando cantaba: "A dónde irán los besos que guardamos, que no damos. Dónde se va ese abrazo si no llegas nunca a darlo..."
O como Pasión Vega en su canción "Dímelo" : "Dime dónde están los besos que no llegan a ninguna parte......Beso deseado, beso prohibido, beso equivocado..."
O como Pasión Vega en su canción "Dímelo" : "Dime dónde están los besos que no llegan a ninguna parte......Beso deseado, beso prohibido, beso equivocado..."
Así estoy yo, con dudas, pero mi pregunta es otra:
¿A dónde irán las palabras, que sin ser necias, se les hace oídos sordos, y quedan sin respuesta?
Esas palabras que, en un determinado momento, dejaron de ser pensamiento, y nacieron con intención de ser palabras compartidas, palabras de ida y vuelta.
Palabras que necesitan de otras palabras como fuente de oxígeno que les den vida, y que sin embargo, se convierten en palabras abandonadas, palabras ignoradas. Abocadas al silencio y al olvido.
Desconozco a dónde irán, en qué lugar del Universo permanecerán a la deriva, pero sí sé lo que provoca en mi corazón cuando comparto palabras que expresan deseos, emociones, expectativas...... y su destinatario, intencionado o distraido, les niega su razón de ser, y las deja sin respuesta, perdidas en el limbo del olvido.
Pues, como diria el viejo Dylan, is Blowing in the wind,pero también en el chocolante compartido y amable frente a la chimenea, en el paseillo fresco entre montañas, entre las piedras del rio y, no lo dudes, en el hombro de tu hermana.
ResponderEliminarMe gustan tus comentarios. Sé que cuento con tu hombro para depositar mis palabras, y que no quedaran abandonadas. Gracias amiga.
ResponderEliminarInician un largo viaje atravesando océanos de días laborales. Y a veces, llegan sanas y salvas en su botella a islas lejanas, paraísos de fin de semana, dónde despiertan de su letargo a una naufraga solitaria...
ResponderEliminarSe guardan en los pliegues calentitos del corazón y allí pasan el invierno.
ResponderEliminarUn beso, dos.
¿Ya te has dado cuenta? Las palabras tienen el poder de transmutar la quimera en una suerte de realidad, al menos en una realidad emocional, que bien vale una misa...
ResponderEliminarMas allá, para siempre, caducamente en la memoria de quien las pronunció.
ResponderEliminarMis palabras, más que nunca, se sienten arropadas, protegidas, acariciadas, mimadas. Gracias por vuestra complicidad y vuestros guiños.
ResponderEliminarLas recoge Herminia y les pone al lado "inaudito"
ResponderEliminarBesote